sábado, 6 de julio de 2013

Capítulo 32

-¿Dónde estabas metida?
-En el trabajo
-Te llevaba esperando todo el día y…
Interrumpí- tengo ganas de descansar-puse mi dedo en sus labios para que se callase y me dejara ir a la cama.
En cuanto toqué la cama me dejé dormir por completo, no sabría decirte cuantas horas estuve durmiendo pero descansé como nunca. Nada más abrir los ojos, noté como me observaban desde la silla de la habituación. No pensé que sería él
-¿cómo entraste?
-Sigues igual de guapa como siempre, no te recordaba tan…
-¿Qué cómo entraste?-volví a preguntar
-Cuando estuvimos con la mudanza me diste una llave
-¡Oh! No me acordaba-me levanté-¿qué hora es?-busqué un reloj por todos lados, nada
-Son las de la tarde-dijo mientras observaba el reloj de pulsera
-¿tanto dormí?-me asombré y con las mismas me dirigí al salón a mirar mi agenda y el móvil
Él siguió mis pasos. Nada que hacer ni llamadas las cuales llamar… ¿ahora qué hago? Le observaba para saber lo que hacía pero se limitaba a jugar con el bolsillo del pantalón.
-Viniste por algo
-¿No puedo verte?
- Sí, pero es raro de ti. Dime la verdad, ¿a qué viniste?
-Solo quiero pasar una tarde contigo, es todo. Vine por eso pero estabas dormida y tu encanto me hipnotizó. Eso es todo-dijo suspirando
Me fui a vestir y en breve salí, cogí las llaves y nos fuimos a comernos un helado…justamente a la tiendita que nos habíamos enamorado el uno del otro. Me traía recuerdos.
-Kai ¿me sigues queriendo?-dije sin tapujos
-Si-pausó- y sé que tú a mí también
Me ahogué por lo que empecé a toser, me dio palmaditas en la espalda. Me relajé al momento. Respiré hondo, no tuve contestación a lo que había dicho…estaba claro que aún lo seguía queriendo pero realmente….ahora que lo pienso, no me acuerdo porque lo dejamos y abandonamos una familia estupenda. En medio del camino una llamada inesperada respondí
-Yeoboseyo?
-Por favor, ven…te necesito-dijo una voz entrecortada
-¿Dónde estás?-intenté parecer tranquila
-En casa-respondió y colgó
Se le notaba fatal, tenía que ir…urgente. A los pocos minutos estaba en casa, tocando la puerta esperando a que alguien abriera, pero resultaba que la puerta la había dejado abierta a mi espera. No me gustaba para nada el aspecto tenebroso  de la casa, era raro, siempre tenía todo abierto y entonces en ese momento fue cuando me di cuenta de que probablemente le había dado un brote de su enfermedad. Respiré varias veces profundamente antes de entrar a la habitación donde se encontraba. Por suerte tengo un don de ver algo en la oscuridad. Me senté a su lado, el suelo estaba frío y un escalofrío recorrió mi espalda de arriba abajo.
Me quedé callada por un momento -¿qué te ocurre?-miraba al infinito
-Gracias por venir. Necesitaba compañía-se le notaba la voz temblosa y eso no me estaba gustando mucho- ¿cuánto hace que no nos vemos? Siete meses. Sí, siete.
-Joon…he estado ocupada, volví a trabajar. Y ha todo no puedo estar
-No te digo que vengas, solo que me llames. Escuchar tu voz, me tranquiliza. Me han dado cuatro veces seguidas, por suerte los chicos no se enteraron y no tuve que enfrentarme al médico y las malditas pastillas que lo único que hacen es matarme-hizo una gran pausa- Eres mi antídoto
Me quedé prácticamente en shock, no pensaba que diría eso nunca. Lo que me importaba ahora era sacarlo de esta bajóna, y poder hablar tranquilamente sin que en algún momento corra peligro de que se vuelva contra mí. Me levanté, comencé abrir las cortinas poco a poco hasta finalmente abrir todas por completo y que vuelva esa alegría a la casa. Me puse delante de él

-Pasaré los próximos días contigo para que me perdones el no haberte llamado o visto durante todo este tiempo. Y ahora quiero que saques tu mejor sonrisa-seguía sin sonreír- venga…esa sonrisa que tanto me mata y enamora- sonrió sin ganas. Con las mismas me tiré al suelo como si realmente me hubiera matado esa sonrisa de verdad. Finalmente conseguí esa sonrisa por mi espectáculo.  


sábado, 9 de marzo de 2013

Capítulo 31


Con las mismas me levanté y me dirigí a la piscina de agua fría sin importarme mi desnudé, en cuestión de segundos ya lo tenía al lado mío metido en el agua.
-Está fresquita
-Yo acabo de tener más calor
Le miré con los ojos muy abiertos-¡uh! Me parece que voy a pedir hielo para que esté más fría
-Si jugamos con él, lo pido-se acercó demasiado
-No vas a parar ¿verdad?
-Como me conoces-hizo amago de besarme pero le separé
- Kevin…no sigas
-¿Por qué? En playa querías-dijo besando cada centímetro de mi cuello
-Ya…pero es que…pienso también que…-tartamudeaba, le estaba dando muchas vueltas a las cosas, tendría que arriesgarme. ¿Pero qué digo? Vive el momento-Kevin, te arrepentirás de lo que acabas de decir-dije prácticamente en sus labios.
Su respiración comenzó a acelerarse, por un momento pareció asustado pero cogió las riendas de la situación y comenzó a besarme desaforado. Noté sus manos por mis muslos, siguió por mis glúteos, llegando a mis pechos. Me senté encima de él, en menos que canta un gallo ya sentíamos placer. Pero no duró mucho, la chica de la recepción se quedó patidifusa mirándonos.
-No lo dejes-me susurró ya que era yo la que se movía y estaba a punto de llegar pero me quedé boquiabierta mirando a la joven que me miraba asustada. Él comenzó con sus movimientos pélvicos, bajé mi mano y le clavé las uñas en la pelvis haciendo que se parara. Gritó por el dolor y me observó confuso, entonces se percató se estuvo quieto y se calló esperando a que se marchara.
-Por favor-carraspeó-háganme el favor de desalojar, es la hora-dijo y desapareció rápido de mi vista
Suspiré-vámonos
-Acabemos con esto
-No-le detuve y me quité de encima. Salí de la piscina y fui a las duchas a lavarme, se me acercó por detrás abrazándome-¿Qué paso?- me deshice el moño y me mojé el pelo.
-Esto no ha acabado-susurró y me sobresalté.


Nada más abrir los ojos y verme en la cama con él me hizo pensar en que debería de llamar a mi psicóloga y que me ayude en mi problema de mi sed de sexo.
-Por favor quisiera una cita urgente
-Esta misma tarde tengo hueco, te espero

Me senté en ese sillón tan cómodo, me tranquilicé, respiré hondo y comenzamos la terapia.
-Quedan diez minutos, y quisiera que me dijeras en qué crees que es tu necesidad de mantener relaciones sexuales con cualquiera que conozcas
-Pensé en que al haber estado comprometida con alguien a quien quise demasiado y no haber mantenido relaciones en meses me da la necesidad de tenerlas.
-Bien pensado, es una de las cosas que podría ser, pero también está el lado de haber perdido a tu hijo y necesites más cariño del que te da tu padre-pausó-pero como hace mucho que te conozco te digo que aproveches esa necesidad porque no la tuviste cuando estuviste embarazada o cuando tenias a tu hijo, solo intenta que no llegues a ser una loca del sexo.



Capítulo 30


Después de unos días de tonteo con Kevin, decidió por fin llevarme a la playa, que hermoso lugar. Pensaba mientras Kyuhyun entraba en la sala de ensayos.
-¿Qué te pasa que estás embobada?
-Nada-me sonrojé
-Todos los días te vengo a ver y siempre estás ensayando…pero últimamente…te veo en el aire
-Lo siento, me pongo a pensar en mis cosas
-En tus cosas no. ¿Estás enamorada?
Noté como mis cachetes ardían-solo pensaba en el lugar donde iba a ir esta tarde
Se sentó en el suelo junto con migo-esperemos que sea eso-murmuró-tenemos el concierto en breve.
-Lo sé, ya te dije que lo siento.
Después de que me hayan echado el sermón fui a cambiarme a casa para estar fresca hasta que me vinieran a buscar. Pasar una tarde rodeada con los componentes de U-Kiss es divertido. Puntual, ya están aquí, recogí mi cámara y bajé para entrar dentro del coche.



Bendito lugar, siempre dejándome sin palabras. Ese mar infinito que guarda muchos secretos escondidos. Kevin y sus amigos bromeaban mientras yo solo les sacaba fotos. Pero llego el momento de quedarnos a solas sentados en la orilla del mar. Jugaba tímido con la arena mojada, dibujando círculos infinitos.
-¿Qué pasa?
-Nada
-Te veo…no sé-no supe cómo explicarlo
-No me atrevo a decírtelo
-Dilo sin más
-Qui…quisiera-tartamudeó
-Dilo-alcé la voz
-Quisiera un beso tuyo-dijo sobresaltado a mi reacción. Le lancé un beso volado y se río-no me refería a eso. Llevo con aquel beso en el coche rondándome por la cabeza.
-Bobo-me sonrojé-pero si eres un chico lanzado ¿por qué me lo pides ahora?
-No, no lo soy
-Si lo eres. Acuérdate en tu casa el otro día
-No me lo recuerdes-dijo entre dientes y agachando la cabeza, le daba cierta vergüenza
Miró para detrás, claro, los amigos. En solitario es lanzado, a los ojos de otras personas no. Llamé a los amigos y les dije que fueran a por café, obedecieron enseguida. Al momento
-Ya estamos solos-advertí, él comprobó y enseguida se alzó con los pies empujándome haciendo que me tumbara y ponerse encima de mí, apretándome contra la arena y su cuerpo.
-Mira que eres atrevido a solas
-Y no sabes cuánto-dijo seductor y enseguida me besó desaforado
-Déjame respirar-dije después de mucho besos intensos, acelerada y sin aliento.
-No te dejaría ni respirar-dijo besando mi cuello. Desabrochó el botón y siguió desabrochando y besando a su paso.
-Granuja, no te puedo dejar solo-dije haciendo que él quedara debajo de mí y yo encima, agarrándole las muñecas contra la arena para dominarle.
-La camisa abierta hasta la mitad, provoca mucho-dijo retorciéndose
Me reí, no sabía si proseguir con esto o alejarme de él.
-Aquí no-susurré y se retorció
-¡Si comienzas acabas!
-Lo hacemos aquí y nunca más o lo hacemos en otro lugar y muchas veces
-¿Por qué?
-La arena
Miró a un lado y se percató del detalle de que podíamos coger infección. Le solté las manos, le agarré del mentón y le bese, ladeo todo mi cabello a un lado y metió las manos dentro de la camisa abrazandome.
-Alquilé un balneario por una hora y media
-¿Qué?-dije separándome
-Nos vamos tú-abrochó un botón-y yo-siguió abrochando-solos, a un balneario, a relajarnos un rato
Sonreí mientras intentaba levantarse y yo terminé por sentarme en su regazo, con las piernas abiertas y él en medio. Me dio un leve beso, me miró fijamente y noté sus manos acariciar mis muslos.
Y llegaron los amigos. Enseguida se puso tenso, dejó de sonreír y acariciar, me alejó sentándome en la arena y quedando como amigos que únicamente hablaban.
-Vamos, que llegaremos tarde-advirtió
Negaba por su reacción
En menos de una hora ya nos habían dejado a los dos en la misma entrada del balneario. Nos acercamos al mostrador y nos dieron unas toallas mientras esperamos a que desalojaran por completo a las personas que aún seguían dentro.
A los 15 minutos me estaba cambiando y tapándome con la toalla ya que no me gustaba ir desnuda por ahí, me recogí el pelo en un moño y salí directo al balneario.
-¿Pero qué haces aquí?-dije medio gritando
-Metido dentro de la piscina de agua caliente-miró a su alrededor
-Me refiero a que haces en la zona de mujeres
-¿Te pensabas que estaríamos separados?
Negaba indignada-no llevo nada…me meteré con la toalla y después me las apañaré
-¿Qué? De eso nada, yo tampoco llevo nada
Abrí los ojos como platos, me quedé asustada. Hice un gesto para que se diera la vuelta, obedeció. Me quité la toalla lanzándola para la otra punta y me metí rápido en el agua.
-¿Cómoda?
-No, todo lo contrario. Estar desnuda delante de un chico no me hace mucha gracia
-Te tapa el agua…no te quejes
Le miré mal y me relajé. Por fin pude desconcentrarme un rato del trabajo, olvidándome hasta del próximo concierto que tengo con los chicos de Super Junior
Tres minutos después-se te ve relajada y tranquila
Le observé-te agradezco esto, hacía mucho que no dejaba de pensar en el trabajo
Sonrió-¿hace cuanto? Es decir, ¿desde cuándo?
Reí- Desde la última cena romántica, después de un paseo por la playa y acabando por echar un buen polvo
-Suena sugerente-dijo pícaro
Le salpiqué-me parece que es hora de cambiar al agua fría, así de paso a alguien se le baja los humos
-Me gusta más caliente
-En estos momentos preferible el frío

sábado, 12 de enero de 2013

Capítulo 29


Me desperté sin más, palpaba cada rincón de la cama, nada. Abrí los ojos y no estaba pero enseguida escuché el sonido de unos calderos, me levanté y me observé en el espejo.
Me aseé, arreglé el pelo y con las mismas me dirigí a la cocina. Observé todos sus movimientos una vez me paré a pocos metros de él, tarareaba una de sus nuevas canciones mientras cocinaba.
-Buenos días-no sé por qué pero mi voz sonó seductora
Con la sartén en las manos me observó y el panecillo que tenía en la boca se le cayó al suelo, carraspeó, soltó la sartén y recogió el panecillo para tirarlo a la basura. Eche una risita que pareció haberle molestado.
-No te rías
-Era imposible no haberse reído
-¿Ah sí?
Solté una risilla. 
 Su cara insinuaba, soltó la espátula y comenzó a acercarse y acercase, hasta quedar pegado a un par de centímetros de mí, mi respiración aceleraba a cada paso y cada minuto, el clavaba su mirada en mis ojos.
-Me encanta verte sonreír-dijo provocador
Su respiración se colaba por el enorme escote que provocaba el botón desabrochado, al igual que su dedo índice. Al ver que pretendía darme un beso giré la cabeza, él no sabía cómo reaccionar pero continuo el trayecto y besó el cuello, desabrochó el continuo botón y volvió a recorrer el escote con el dedo.
-¿Sabes lo que haces?
-No. Quisiera seguir y seguir, pero no pones de tu parte, no quiero obligar. Nunca obligaría a alguien-dijo mientras se separaba, y abrochaba todos los botones que el mismamente había desabrochado. Colocó la camisa y esperó a mi respuesta.
-Se te quema la comida
Enseguida saltó corriendo, quitó la sartén del fuego y se quejó de haberla quemado. No sé que me pasaba quería…quería.
-Kevin
-¿qué?-dijo molesto
Me puse de los nervios, no lo soporto más. Me acerqué, le agarré  de la cara y le besé. Me miró con una cara inexpresiva pero no se lo pensó dos veces y me besó, parecían necesitados y desaforados.
Puse mi dedo en sus labios, separándolos de los míos-continuaría sino tuviéramos que ir a buscar a Niko-dije en un susurro.
Fui a la habitación, me vestí y nos fuimos en busca de mi nuevo perro. Nos reímos por el camino con los comentarios de la radio, y en minutos tendría mi nuevo amor. Niko, un cachorro de Golden Retriver que lo abandonaron en la calle. Una de las cosas malas es que teníamos que esperar en una sala de espera la cual estaba llena de gente. En un momento dado mis pelos rebeldes se pusieron en mi cara. Con mucho cuidado como si fuera de cristal él apartó el mechón poniéndolo detrás de la oreja, yo sonreí al igual que él.
Me besó, no me lo esperaba-¿Qué haces?-dije sin hacerlo de malas maneras
-Besarte
-¿sabes que no se puede ir besando a las damas?
-Tú no eres una dama cualquiera, eres más que eso y eres única para besar-se acercó y susurró seductor-y para otras cosas
Miré alrededor que nadie nos viera, efectivamente toda la gente estaba en su mundo, volví a mirarle a él. Metí mi mano por dentro de su chaqueta y camisa, se sobresaltó por mi reacción. Pasé mi dedo por su abdomen de arriba abajo y metí uno de mis dedos dentro de su pantalón solamente haciéndole acercar y susúrrale al oído-esas cosas indebidas solamente se hacen en sitios escondidos.
Sobresaltado de mi reacción parecía que se asustaba-pensé que no eras de esas chicas-susurro
Yo también lo pensaba hasta que todo me fue a mal, en  ese momento pensé que debería llamar a mi sicóloga, ¡pero qué estás pensando! Me gritó mi subconsciente, tenía razón, aprovecha y disfruta.
-No conocías mi lado oscuro.
-Perdonen- interrumpió una joven voz-¿usted es Kevin?-él asintió-síganme, por aquí.
Dicho y hecho le seguimos, rellenamos papeles pero me fue muy extraño, él no debería de firmar más que yo.
-¿Qué tanto papeles rellenas?
-Nada. Cosas de Niko-dijo concentrado escribiendo
-No me gusta ese tono. ¿Qué has hecho?
Me cogió de las manos-finalmente, Niko no es Niko, conseguí que la raza que te gusta.
-Pero el pobre cachorro lo abandonaron-entristecí
-Tranquila, lo adoptaron una familia con niños.
-Aparte de que Niko es ahora un Husky, te lo pago yo.
Me espanté-No, lo pago yo que para eso es mío.
-No, y ya firmé los papeles
-Kevin, ¿Cuánto costó? Te daré el dinero.
En ese momento entró la chica con el Husky en las manos y prácticamente dándomelo en los brazos dándome la enhorabuena. 



Miré a Kevin y noté la cara de idiota que se le puso al ver a la joven. Reí y comencé a hablarle al nuevo Niko de la familia. Que ilusión me hacía, mi nuevo amor, él que me daría cariño.
Una vez estábamos metidos en el coche, con Niko echado en mi regazo suspiré mientras le acariciaba.
-Ya tienes a tu amado- le observó sacudiendo su cabeza.
-¿Te estás poniendo celoso?
-Le has dado más besos a él en un día que a mí en todos estos años
Reí y le besé, un beso suave-idiota

domingo, 6 de enero de 2013

Capítulo 28


Leía mi habitual libro cuando podía leerlo y escuchar música diferente a la de todos los días. Un susto enorme hizo que me sobre saltara, pero enseguida le abracé con todas mis fuerzas.
-No quiero que me digas que te paso. Ahora solo vamos a dar una vuelta-sonrió cogiendo mi cabeza con las manos
Recogí mis cosas guardándolas en el bolso el cual iba directo al maletero del coche, iría más cómoda sin nada encima, comenzamos a caminar pero enseguida se paró en seco.
-¿Qué pasa?
-Me acabo de acordar que quiero que estés en nuestro videoclip, no serás el centro, bailaras con las demás bailarinas…-se puso la mano detrás de la cabeza y medio riendo dijo-me acordé de que te gustaba bailar.
-Vale, lo haré. Con algo a cambio- se le cambio la cara y bajó la mano-quiero que me lleves a la playa que siempre me has llevado y que me acompañes a comprar un perro.
-¿un perro?-dijo comenzando a caminar despacio y mientras yo le seguía.
-Hace mucho que quería uno-dije cabizbaja.


En realidad me sentía sola en casa, es mucho espacio para una sola persona, para mí.




No llores, no llores me repetía mi subconsciente. Alcé la vista, observé su rostro y proseguí caminando.
Quisiera repetir esos días con Kevin en la playa de nuevo, pero por ahora no podíamos ninguno de los dos. Yo estaba haciendo mi nuevo videoclip, Nayi haría mi otro videoclip porque no quería aparecer en él, y por supuesto tendría que ir a los ensayos de U-Kiss. Nada más han pasado tres días y ya está terminado el videoclip con Nayi, mi video casi terminado y el baile de  U-Kiss  nos sale a todos a la perfección.

(video Nayi) 


(video U-Kiss)



Últimamente estoy teniendo mucho roce con Kevin y pensé que volvía a sentir algo. El último día de grabación.
-Que felicidad me da quitarme un trabajo de encima-no podía decir más alto y más contenta
-Quedo muy guay ¿no?-preguntó y asentí- ya podemos ir a la playa
Sonreí-me apetece tomarme una copa
En pocos minutos estuvimos en un bar, con todos los integrantes y dos chicas, las demás no querían venir. Poco a poco entre copas la gente se iba yendo. Llevaba unas copas de más encima, me enteraba de todo pero no quería ir a mi casa solitaria.
-¿A tú casa?
-No. ¿No quiero estar sola?
Después de que pensara mucho-Te llevo a mi casa. Solo hay una cama pero dormiremos a gusto.
-¿y escucharemos a Yiruma mientras nos relajamos?-sonreí esperando a su decisión, asintió.
Nada más llegar a la casa, me quite con mucho gusto los tacones y me solté el pelo. Qué alivio, me gritaba mi subconsciente satisfecho de la liberación. Kevin preparó un té antes de irnos a la cama, mientras manteníamos una enorme conversación interesante en la elección de mi nuevo perro, cómo se llamaría, de qué sexo, qué raza.
De la derrota que contenía nuestros cuerpos comenzamos a dar cabezadas y bostezos.
-¿A la cama?-dijo mientras bostezaba
-Lo siento, no pretendía que pensaras que me estás aburriendo
Medio sonrió-vamos a la habitación, tengo que buscarte el disco de Yiruma que me dejaste. No lo he vuelto a escuchar desde que me lo regalaste.
Nos dirigimos a la habitación, en tanto, echaba cuentas desde que le regalé el disco-¿Hace cuatro años que no lo escuchas? Qué bonito-dije en una ironía
-No he tenido tiempo-dijo insertando el disco, segundos después comenzó a sonar aquella magnifica melodía. Echaba de menos estos momentos de relajación, cerré los ojos y dejé que la música me invadiera.
Noté la cama moverse y de repente unos chasquidos de dedos que me despertaron de mi mundo.
-Ponte cómoda, tienes mi armario ahí-señalo y continuó  deshaciendo la cama. Abrí el armario y miré todo tipos de camisas y pantalones, nada…bingo, esta camisa me quedará bastante larga. Dicho y hecho me la puse y me quedaba larga, parezco de una película acabante de hacerlo con el ricachón de la casa.
Me metí entre edredones y me acurruqué. Noté una risilla que quería salir pero no podía, observé y era él por mi comportamiento al entrar en la cama, me sonrojé por completo y me escondí en el edredón mientras dije-no te rías de mí
-No me río de ti-me destapó
-¿ah no?-dije observándole con detalle, negó-¿entonces?
-Nunca he visto esa forma de comportase alguien al entrar en la cama cuando está fría
-Me parece que tú no has visto como es la temperatura de mi cuerpo-dije, su cara era de extrañado pero quité el edredón de entre nosotros poniéndolo encima y le abracé, con todo mi cuerpo pegado al suyo.
Cuando pudo decir palabra contesto-Jagiya…no puedes, no hagas esto…-me separé y fruncí el entrecejo
-¿Por qué?-no me explicaba.
-Digamos que mi cuerpo no está habituado a calor corporal de una mujer. ¿Vale?
-Pues habitúate-dije tajante y de vuelta le abracé dejando a su paso un beso leve y tierno en la mejilla.
En segundos comencé a notar su respiración acelerada en mi cuello, de a poco se fue calmando con el tiempo. Trago saliva y preguntó-¿sigues despierta?-emití un sonido sin pronunciar, no tenía ni ganas de hablar de lo tranquila y a gusto que estaba.
-Gracias, por todo-abracé más fuerte.
Él acariciaba mi pelo, paso a la espalda por arriba únicamente hasta acariciarla por completo, llegó al punto que no soporté que me tocara y di un brinco el cual le alarmó. Me separé y le miré a los ojos fijamente.
-¿qué paso?
-lo….lo siento, es una larga historia. Pero no puedo evitar que me toquen cierto punto de la espalda, al igual que el estomago.
Únicamente me acercó de nuevo y me abrazó, y el sueño nos invadió. 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Capítulo 27


Por una vez en meses podría mantener una conversación con mi prometido. Esperé en el coche descansando después de un duro día y esperando a que saliera del estudio. Una hora…dos…tres horas y por fin aparece.

Un silencio profundo invadía el coche, no me gusta que me desconcentren cuando conduzco pero tampoco es sobrepasarse y que pase completamente de mi.
Rompí el silencio-llueve mucho-seguía sin contestar-¿A dónde podríamos ir a comer? ¿qué quieres comer?
Miré de reojo su cara por si expresaba algún gesto pero por lo visto no me hacía caso por estar escuchando música con los auriculares con lo que se los quité tirando de ellos con una mano-te pregunté qué ¿Qué quieres comer?
-Lo que sea
-¿Por qué siempre me dices lo que sea? ¿No puedes decir vamos a comer esto…o vamos allí, como un hombre?
-No sabes que estoy cansado
Suspiré antes de hablar-¿crees que no sé que estas cansado y por eso eres así?
-No sé, vamos a casa si es lo que quieres-dijo en un suspiro
No comprende-¿piensas que eres el único ocupado? Yo también tengo trabajo, también es difícil para mi
-¿por qué te enfadas?
Me molestó y le observé fijamente- ¿Enfadada?-grité

No aguantaba más esto, no podía seguir. Miré unas cajas apartadas y pegadas a la pared, enseguida giré el volante y nos chocamos con ellas sin hacer daño al coche. Salí cabreada por su comportamiento y caminé por la calle. Escuché un portazo antes de que diera cuatro pasos y enseguida su voz.

-¿te has vuelto loca?-gritó
Seria sin levantar la voz pero firme contesté-bien. Estoy loca.
No quería llorar por esto pero es prácticamente imposible, con lágrimas en los ojos me fui casi corriendo. Se había acabado todo. Me adentré en el metro pero en aquel pasillo frío y sombrío él me acorraló contra la pared gritándome, en un momento dado no entendía nada y del shock que tenía solo vi como sus labios pronunciaban palabras que no escuchaba. Tenía miedo, me podría pegar pero no lo hizo en ningún momento y se fue en dirección contraria.
Horas después la pelea siguió en la casa que tenían los componentes de B1A4 para su estudio de música personal. Las cosas volaron por las habitaciones, realmente descargué toda mi furia rompiendo una enorme vidriera de botellas y una almohada de plumas las cuales acabaron volando por la habitación.

Se acabó-no quiero seguir contigo-me quité el anillo bruscamente tirándoselo-no sabes dividir el tiempo y poder estar conmigo. Ni siquiera sé el por qué me odias, me miras con asco, me detestas…
Llevo una semana entera sin salir de mi casa, bueno…únicamente iba al trabajo pero no hacía caso a Kyuhyun, Leeteuk o Eunhyuk cuando se acercaban a mi sala de baile. No quería estar con nadie…quien único me ayudaría sería cierta persona a la que le tengo aprecio.
-Siento no haberte llamado aquel día. Me desconcertaron diciéndome que me querían.
-Estaba preocupado por ti. No sabía nada, pensé que no querías hablar con migo.
-Sabes lo mucho que te aprecio…siempre quiero hablar contigo.
Noté su sonrisa a través del móvil-te noto apagada. ¿Qué paso?
En cuanto me lo recordó comencé a llorar
-Te quiero ver… ¿está tarde?-dijo apurado
-Vale. En el mismo lugar-dije entre sollozos y con las mismas colgué.
Quería verle pero no quería que me viera así.



martes, 13 de noviembre de 2012

Capítulo 26


En casa, Jin estaba en el salón leyendo el periódico mientras yo entro en la habitación. Tenía que ser valiente y decírselo.
-Jinyoung ya no me quieres, llevas mucho tiempo sin ni siquiera besarme- dije disgustada con los ojos rayados.
-Y que quieres que haga, si eres una amargada-responde sin importarle las palabras que suelta.
-¿Qué soy yo qué? Y tú eres un gilipollas insensible- me afecto
- Y tú una mal follada, calla y ve a preparar la comida mujer-se ríe irónico y responde sin levantar la vista del periódico
-Pues tú eres…un momento, ¿te acabas de insultar a ti mismo?-digo con cara de sorprendida
-¿Qué?-dijo sin enterarse
-Mal follada-repito alzando una ceja.
-Yo… ¡bah! Lo dije sin pensar. Ve a prepararme la comida-dice mirándome y prestando atención después de haberse leído el periódico
-La comida te la va a hacer una que yo me sé-dije indignada.
-Jayiga no te pases-dije un poco cabreado
-No seas machista, se hombre y admite la verdad de una vez-estaba muy dolida
Sarcástico y un tanto irónico -¿Qué  tengo hambre? Lo admito
-Desconsiderado-grité y me marché, indignada, dolida y llorando.
No podía más con esto pero quizás…ha tenido un día duro y por eso está así. Lo siento pero me tenía que ir, cogí mi gran bolso con un montón de cosas, libro, móvil, i-Pop, neceser, etc.
No sabía a dónde ir pero por ese instante pensé en aquel lugar alejado del mundo que me enseñó Donghae hace un par de meses. Con música que me distrae de mis pensamientos y mi libro que está interesante…aunque me faltan otros dos del mismo. Una saga de tres libros los cuales, ejem…son eróticos.

Concentrada en lo mío me asusté en cuanto me tocan el hombro, me quité enseguida un auricular-Por el amor de Dios, no me des esos susto
-Lo siento-dijo arrepentido. Suspiré tendidamente-¿Jinyoung?-asentí-No sé qué decir-decía poniéndose enfrente mía para abrazarme por la cabeza-Como no me respondías a mis llamadas, suponía que a lo mejor te encontraría aquí dado que te gusto mucho. Cambiando de tema, ven te quiero enseñar algo.

Me agarró de la mano conduciéndome por calles también intentando ocultarnos de los fans, ¿a dónde me llevará? Me tapó los ojos con sus manos poniéndose detrás de mí.

-Todavía no mires. Está a la vuelta de la esquina-unos pasos más y susurró al oído-espero que te guste-me destapó los ojos, los abrí.
-Pero… ¿cómo es posible?
-¿te gusta?
-Me encanta. ¿Cómo lo hiciste? Pero…no crees que sea un poco precipitado
-Realmente me encantaría estar contigo ahí arriba. Mucho-me abrazó por la espalda como si fuéramos unos enamorados o algo por el estilo-Si hablar contigo y pasar el tiempo es genial, no quiero ni imaginarme encima de un escenario.
-Me fascina ver cómo has puesto mi cara y todos ustedes en una gran pancarta-solté una risita.
-Porque no fui yo-rió-se me ocurrió una pequeña idea, la solté y la acepto e hizo los papeles Leeteuk.
-Donghae…no sé como agradecerte todo.
En ese mismo momento estaba perdida, sentía que quería a algunas personas. ¿Qué hago? Estoy cansada de que me utilicen y después me abandonen, me he dado cuenta que debería de tomarme la vida de la misma manera…quizás…tengo que…hacer. Poco a poco me acerqué a su cara…estuve a punto de besarle, solo faltó unos milímetros para rozar sus labios.
Arrugué el entrecejo-no puedo-me separé
-¿Jin?
-Aunque nos hayamos peleado sigo con él. No sé si le quiero, estoy liada. Lo siento-dejé de estar en sus brazos y comencé a caminar después de haberle dado un beso en la mejilla.
Verdaderamente estaba perdida, noté una mano apretando y frenando mi camino. Me quedé en la misma posición, intentando agachar la cabeza para que me cayera el pelo en la cara y no me vieran.
-Que hayas hecho eso no significa que quiero que te vayas corriendo, todos cometemos tonterías
Todo lo de dentro estaba a punto de salir hasta que estallé, lloré a cal y canto. Le abracé con todas mis fuerzas empapando de lágrimas su camisa azul marina. 



Colaboración: Ra!*